miércoles, 26 de septiembre de 2012

Tecnologías Educativas



   Una de las implicaciones de usar las herramientas Web 2.0 en la educación es el aprender ya no como una experiencia individual, tal como lo planteaban las teorías de aprendizaje más tradicionales, sino a través de la formación de conexiones e interacciones (conectivismo) a través de sistemas abiertos. Esto último permite el desarrollo de competencias mediante la experiencia de otras personas, el mantenerse actualizado mediante la diversidad de opiniones, etc.
Ello también implica el cambiar el paradigma de que tener el conocimiento es lo importante, sino que ahora el saber aprender será más valioso.
¿Cuál es el lugar de la tecnología en la educación? Muchos docentes, al considerar la integración de la tecnología en sus prácticas, se preguntan dónde se insertaría ésta en sus contextos educativos. Algunos pueden sentir que integrar la tecnología al ya recargado currículum es como tratar de copiar una página en una fotocopiadora que tiene papel atascado. Otros se preguntan si sus habilidades tecnológicas les permitirán llevar adelante una clase donde integren tecnología.
Y por supuesto, algunos docentes se preguntarán si la tecnología no distraerá a los alumnos de aprender los conceptos importantes necesarios para obtener resultados exitosos en los exámenes estandarizados. Los docentes que reflexionan y se preguntan acerca de la relación entre la tecnología y el currículum, la tecnología y el docente, la tecnología y los alumnos,  son cautelosos. Es alentador cuando los docentes no ven a la tecnología como “la cura de todos los males”.  Esta cautela no existe en todas las profesiones.
Larry Cuban (2001) utiliza un silogismo para resumir las creencias de muchos profesionales y entusiastas tecnólogos de Silicon Valley: • El cambio produce una sociedad mejor • La tecnología produce cambios  • Entonces, la tecnología crea una sociedad mejor.  ¿Qué es lo que hace a los docentes diferentes de estos tecno-fanáticos? ¿Por qué muchos docentes no consideran los beneficios de la tecnología ni sus compensaciones? Mi sensación es que los docentes ven a la tecnología como un recurso educativo muy costoso, no en términos de dinero, sino de tiempo. Puede llevar un tiempo considerable para docentes y alumnos familiarizarse con una determinada tecnología antes de poder utilizarla de una manera “inteligente”. También lleva tiempo el establecer las condiciones de logística para acceder a la tecnología de la escuela. Sería pertinente preguntarnos si  el tiempo que se requiere en el inicio y  la preparación valen la pena en relación a los beneficios educativos obtenidos.

La tecnología puede también conectar a los docentes entre sí. Desafortunadamente, muchos docentes trabajan aislados y pierden de este modo la oportunidad de aprender cosas valiosas que quizás ocurren en el aula de al lado, puerta de por medio, y ni hablar de intercambiar buenas ideas con aquellos que están aún más lejos.  Bransford et al (1999), del National Research Council (Concejo Nacional de Investigación), llevaron a cabo una amplia revisión  sobre las mejores prácticas en la educación.
Su trabajo mostró el poder de la tecnología para construir comunidades locales y globales conformadas por docentes, administradores, alumnos, padres, científicos, y otras personas, así como también la expansión de oportunidades para el aprendizaje de los propios docentes. Las herramientas digitales pueden también proveer el puente necesario para conectar educadores con expertos de las distintas disciplinas trabajando en ese campo. Imaginemos el valor de tener aun científico especialista en biotecnología conversando regularmente con un docente de ciencias, consideremos los beneficios para el docente de entender cómo los científicos llevan a cabo sus investigaciones y del científico de entender cómo se enseña ciencia en el aul
Usar la tecnología para mejorar la comprensión de los alumnos a través de andamiajes y herramientas particulares. Uno de los mayores retos para un docente es el de proveer a sus alumnos oportunidades de aprendizaje significativas que satisfagan las necesidades de un cuerpo diverso de alumnos, diverso en habilidades y estilos de aprendizaje, así como diverso en experiencias culturales.
Recuerdo aquellas largas reuniones con la maestra de necesidades especiales en mi escuela,  discutiendo planes  individuales para los estudiantes de mi clase de matemáticas.  Me preguntaba cómo iba a poder atender las necesidades de todos mis estudiantes y seguir cuerda.  Orkwis y McLane (1998) resaltan el valor que la tecnología tiene para agregar a un curso con variados niveles y ofrecer diferentes  maneras de abordar el currículum de modo  que sea accesible a distintos estilos de aprendizaje.
Desarrollaron un marco de diseño curricular universal que tiene como meta la diversidad en el aula, brindando medios flexibles de representación, expresión y participación.  Argumentan que el emplear tecnología para enseñar partes del currículum ofrece el potencial para presentar conceptos de diferentes maneras y hacerlos más accesibles para los alumnos.  Por ejemplo, consideremos la influencia de un programa de simulación en la comprensión de las Leyes de Gravedad de Newton.

El alumno puede leer la descripción en el libro de texto o ver un video acerca de este tema.  De todos modos, algunos alumnos no comprenderán el concepto sin antes hacer algo.  Podrán explorar los conceptos referentes a estas leyes en un laboratorio tradicional lanzando objetos desde distintas alturas, teniendo que repetir las condiciones constantemente, así como también medir y tomar el tiempo cada vez. Este proceso puede resultar aburrido y tedioso, al margen de no poder asegurar las idénticas condiciones cada vez.
Un software de simulación cuidadosamente diseñado puede proveer eficientemente un espacio para múltiples ensayos, satisfacer los inquietudes de los alumnos y construir comprensión. Orkwis y McLane (1998) reconocen además el valor de la tecnología en involucrar a los alumnos en el aprendizaje a partir de un currículum individualizado, de acuerdo con los intereses de los alumnos, su nivel y su realidad cultural. Imaginemos un software de simulación que se adapta a la entrada de datos del usuario. A medida que los alumnos van demostrando distintos niveles de comprensión de las leyes de Newton, el programa quita alguno de los andamiajes del software, debiendo los alumnos utilizar razonamiento indirecto para poder seguir adelante.

O consideremos también la potencia de un docente modificando un software de simulación para adecuarlo a las necesidades culturales, académicas y sociales según los intereses de los alumnos. Ambos escenarios ofrecen una idea intuitiva de cómo puede la tecnología proveer oportunidades de aprendizaje personalizado.
5. Usar la tecnología para apoyar el “aprender haciendo” y la reflexión.Ya he mencionado maneras en las que la tecnología promueve el “aprender haciendo”, recuerden el ejemplo de la simulación. Pero, la mayor influencia que la tecnología puede ofrecer es la de apoyar la  reflexión del alumno en este proceso de “aprender haciendo”. Jonassen (2000) postula que las herramientas digitales pueden ayudar a los alumnos a reflexionar sobre qué están aprendiendo y sobre cómo llegaron a aprenderlo.
Argumenta que las herramientas digitales pueden apoyar el proceso interno de construcción de sentido a medida que los alumnos construyen sus propias representaciones.   Consideremos el valor de que los alumnos utilicen una herramienta visual como el software  Inspiration para mostrar gráficamente las diferentes etapas usadas para llegar a la comprensión final de las Leyes de Gravedad de Newton.  El diagrama podría mostrar un diagrama de flujo de su pensamiento (por ejemplo, la hipótesis inicial: el resultado de su primer intento en verificarla; las ideas sobre cómo modificar el siguiente intento; la hipótesis refinada; el resultado del segundo intento; las ideas sobre cómo modificar éste intento, etc.)
El poder reflexionar sobre sus propios razonamientos del rumbo elegido en la investigación, pone al descubierto y desarrolla la habilidad de pensar como científicos.
6.  Usar la tecnología para aliviar las tareas de representación y cálculo tediosas, para focalizarse más en la interpretación y la exploración. Mi maestra de matemáticas de 8vo. año, Mrs. Peters, insistía en que hiciéramos lo cálculos en una hoja larga aparte.

No nos dejaban utilizar calculadoras numéricas porque pensaba que nos estaríamos copiando, y nunca aprenderíamos a hacer cálculos. Desafortunadamente, esta experiencia llevó a muchos de mis compañeros a odiar las matemáticas. Era un trabajo tedioso. Pasábamos mucho tiempo calculando las respuestas de los problemas en papel,  y nunca parecíamos tener tiempo para discutir qué significaban esos números. De hecho, qué significaban los números en relación al contexto parecía no tener significado. Lo único que importaba era que las respuestas estuvieran correctas.  Quizás, si hubiéramos utilizado las calculadoras para aliviar alguno de estos cálculos tediosos, nos 10hubiera dado más tiempo para reflexionar sobre si los valores obtenidos tenían sentido en el contexto del problema, y así desarrollar mayor comprensión sobre cómo se utilizan las matemáticas para comprender el mundo que nos rodea.  Involucrar a los alumnos en cálculos largos y tediosos, tiene sus consecuencias.
Limita su energía, su interés y su tiempo para encontrar sentido a los resultados del cálculo e involucrarlos en niveles cognitivos más elevados de resolución de problemas (Jonassen 2000, Norton y Wilburg 2003).  La tecnología puede ayudar a los alumnos en estas tareas tediosas de representación y cálculo, liberándolos para logra un pensamiento creativo y divergente,  y  desplegar estrategias de resolución de problemas.

En resumen, LA TECNOLOGÍA se aprende mejor dentro del contexto de tareas significativas vinculadas a partes desafiantes del currículum.  Las herramientas digitales pueden proveer múltiples puertas de entrada para vincular el aula con el mundo real y proveer andamiajes y herramientas de reflexión que ayuden a los alumnos a encontrar el sentido. Mientras que el currículum provee la guía fundamental sobre lo que los alumnos deben aprender, la tecnología es una herramienta que docentes y alumnos pueden utilizar para extender, interpretar y entender esta guía. Parte B – El Rol del Docente Tradicionalmente, el docente ha sido la figura de autoridad en el aula,  desde el punto de la capacidad intelectual y del poder.  El docente era visto como el depositario del conocimiento y su rol era el de llenar las mentes de sus alumnos con su conocimiento y entonces luego lograr que los alumnos regurgitaran este conocimiento en el proceso de evaluación. Esta es la forma en que muchos de nosotros fuimos enseñados y como en muchos casos algunos todavía enseñamos1 Después de todo, los alumnos son más fáciles de  .controlar cuando están sentados en sus asientos, escuchando una clase expositiva,
1 En el proyecto de Enseñanza para la Comprensión, llevado a cabo por investigadores de Harvard, Wiske expone que el entorno de enseñanza tiene influencia sobre el rol de los docentes en la enseñanza y aprendizaje del conocimiento. “Muchos docentes de escuela trabajan en entornos que promueven la conducta de transmitir conocimiento a sus alumnos más que de construir y criticar el conocimiento con sus alumnos” (Wiske en Perkins 1995, p.204). 11contestando preguntas o completando cuestionarios escritos.
También es una forma rápida de recorrer el currículum y cubrir todas las unidades. De todos modos, la investigación muestra que el método de enseñanza tradicional no contribuye al aprendizaje efectivo, y no utiliza el potencial de la tecnología (Jonassen, Norton & Wiburg, Sandholtz, Ringstaff, & Dwyer, McCormick & Scrimshaw2). De hecho, muchos creen que una buena herramienta puede ser inútil si no es integrada dentro de estrategias efectivas de enseñanza.  “No podemos enchufar a los alumnos a una herramienta de la mente (MindTool) y esperar que trabajen sin nuestra guía y apoyo…” (Jonassen, 2000, p.275-276).  De este modo, queda en el docente la decisión de pensar más allá de las formas tradicionales de enseñanza y de diseño de las clases y liderar experiencias de aprendizaje ricas en tecnología que apoyen el pensamiento basado en la indagación (inquiry-based thinking).  Un enfoque constructivista creará un escenario apropiado para este tipo de pensamiento. En una clase constructivista, los docentes tienen la responsabilidad de cubrir cuatro roles principales: Diseñador de Tecnología; Experto en Audiencia; Experto en Currículum; Experto en Proceso. 1. Diseñador de Tecnología  Aunque los docentes no necesiten saber todas las opciones de una herramienta digital (cómo cambiar los colores, en qué botón hacer un clic  para agregar una animación, etc.), sí necesitan entender el valor educativo de una herramienta digital o qué puntos fuertes presenta para influir positivamente en el aprendizaje. Necesitan saber de qué modo la tecnología puede ser usada para localizar las dificultades  que  los alumnos experimentan en relación al currículum.  Si el objetivo de un docente es “enseñar tecnología”, el potencial de la tecnología queda sin verse.  Y, probablemente, también se desaproveche la competencia central del docente.

Los docentes deben utilizar las habilidades que adquirieron luego de años de experiencia y ser diseñadores de experiencias de aprendizaje.  Norton y Wilburg (2003) identifican a un docente diseñador como aquel que reconoce la centralidad de la planificación, estructuración, abastecimiento y orquestamiento

2  y Scrimshaw argumentan que cuando la tecnología es usada como un dispositivo efectivo, el rol del docente y del alumno continúa siendo el mismo.  Cuando la tecnología es usada para extender el aprendizaje, el rol del docente como fuente de conocimiento es desplazado de alguna manera y comienza a tomar valor la independencia del alumno.
Cuando la tecnología es usada como un dispositivo transformativo, la diferencia entre docente y alumnos cambia, y toma importancia la comunidad de docentes y alumnos. 12del aprendizaje.  Argumentan que el rol del docente es diseñar experiencias de aprendizaje que permitan a los alumnos utilizar la tecnología para resolver problemas, desarrollar conceptos, y apoyar el pensamiento crítico, antes que usar la tecnología para adquirir conocimiento fáctico.  O dicho más directamente, los docentes necesitan crear actividades de aprendizaje que logren de sus alumnos aprendices activos, que utilicen la tecnología para desarrollar el conocimiento y la comprensión.

Una de las cosas principales que un docente debiera evitar es diseñar experiencias donde la tecnología haga algo para darle conocimiento a sus alumnos. Es importante que el diseño ubique a los alumnos en el control de la tecnología, no viceversa.  Si los alumnos se convierten en sirvientes de la tecnología percibirán que la tecnología sabe algo que ellos no, la computadora es vista como algo “mágico” y no como una herramienta que puedan usar para poner al descubierto el conocimiento (Schwartz en Perkins, 1995).
Hay muchas consideraciones para hacer cuando se diseñan experiencias de aprendizaje enriquecidas con tecnología, cosas que requieren que el docente tenga en cuenta en su clase.  Su expertise debe ser aplicada para diseñar y facilitar clases donde predomine el pensamiento, la creatividad, la reflexión, y no simplemente dónde y cuándo hacer clic. 2. Experto en Audiencia  Otra competencia central que los docentes deben aportar a una clase donde se integra la tecnología, es el conocimiento de sus alumnos y sus distintas habilidades.

Específicamente, ¿cuáles son sus intereses y qué es lo que los motiva acerca del aprendizaje? Además, ¿en qué componentes del curriculum encuentran dificultades y qué nivel de andamiaje es necesario para acortar la brecha entre lo que actualmente saben y lo que necesitan comprender?   Los docentes deben considerar cómo asignar distintos roles a sus alumnos para que revelen su potencial propio y sus conocimientos. Sandholtz, Ringstaff, y Dwyer (1997) encontraron que los docentes dieron cuenta de incrementos beneficiosos en la colaboración e interacción entre los alumnos cuando la tecnología era integrada en sus clases.  “Aparentemente tanto docentes como alumnos pueden sacar provecho del conocimiento y expertise de algunos alumnos, expandiendo además de este modo cada vez más la participación de estos alumnos en clase”. 133. Experto  en Curriculum

Es esencial que los docentes estén familiarizados profundamente con el curriculum, tanto en su contenido como en la concatenación de los mismos.  Los docentes deben estar atentos a las comprensiones de sus alumnos así como también a los errores conceptuales, además de identificar aquellas áreas del curriculum donde los alumnos tengan una dificultad particular.  Como expertos en curriculum, los docentes deben comprender cómo introducir efectivamente “trozos” del mismo que promuevan en los alumnos nuevas comprensiones.

El proyecto de Enseñanza para la Comprensión, llevado adelante por investigadores de Harvard, reveló dos rasgos recurrentes del curriculum que fomentan la comprensión (Wiske 1998).  Uno es que el curriculum debe cumplir con las necesidades, intereses y experiencias de los alumnos. El segundo rasgo es que el curriculum debe lograr algo más que dar información, debe empujar a los alumnos a pensar en profundidad y a conectar las ideas con otras áreas de la indagación.  Los investigadores de este proyecto apoyan la idea de la necesidad que el curriculum sea personalizado para grupos particulares de alumnos, y para asegurar la equidad y legitimidad a través del respeto a un curriculum estandarizado.  Ellos creen que los docentes juegan un rol central en el modelado del curriculum para que cumpla con las necesidades y requerimientos de los alumnos.

El docente como experto en el curriculum debe sentirse libre para poder crear experiencias de aprendizaje constructivistas que cumplan los requerimientos del curriculum, y ser capaces de considerar dónde es apropiado integrar la tecnología para promover la comprensión.
4. Expero en Proceso Es un gran desafío el poder lograr procesos y estrategias de enseñanza efectivos para una clase constructivista, que requiera de prueba y error y posterior reflexión.

En una clase constructivista, el docente no es simplemente quien les dice a los alumnos lo que deben saber. Es, en cambio, quien debe ayudar al alumnos a articular lo que deben saber y cómo lograr saberlo y cada vez mejor.  El docente es un facilitador, un  coach, y un mentor cognitivo.  Cambian el rol desde uno central donde deben modelar la situación problemática a resolver, hasta un rol periférico donde deben alentar a los alumnos a interactuar entre ellos y a construir su propio conocimiento.
Los docentes pueden mostrar a sus alumnos vías para descubrir qué es lo que no saben y utilizar nuevo conocimiento para resolver el problema.  De esta manera, el docente está modelando su propio proceso de pensamiento.  También aquí podemos hablar de las decisiones acerca del uso apropiado de la tecnología.

Es importante que los docentes puedan exponer a sus alumnos a una variedad de tecnologías que sean apropiadas para cada caso, y que ilustren las bases para decidir dónde y cuándo implementar determinada herramienta tecnológica.  Este modelo pone al descubierto cierto tipo de creencias erróneas acerca de que la tecnología ayuda a los alumnos a ser consumidores inteligentes de tecnología.  Quizás como muchos docentes ya lo han experimentado, hay una rutina logística a llevar a cabo en la planificación del uso de la tecnología en el aula.

Quizás haya que reservar un espacio determinado, cargar determinado software, reservar equipamiento, etc. Bastante a menudo además, alguna parte de la tecnología falla o no se comporta del modo esperado.  Burbules y Callister (2000) lo dicen: “el potencial de las nuevas tecnologías incrementa la necesidad de ser creativos, de planificar cuidadosamente y de enfrentarse a nuevos e inesperados desafíos”.
El Rol del Alumno Así como el rol del docente debe cambiar en las  aulas en las que se integran tecnologías, el rol del estudiante también. Los estudiantes necesitarán tomar dos roles importantes: deberán ser aprendices activos y consumidores inteligentes de tecnología.
1. Aprendices activos Los estudiantes no pueden seguir siendo receptores pasivos de información.  En una enseñanza constructivista se espera que se involucren activamente y sean responsables de su propio aprendizaje.

Necesitan estar  motivados en la construcción de  conocimiento y deseosos de incursionar en el conocimiento compartido por sus compañeros de clase.    El estudiante, no el docente, se transforma en el foco del proceso de aprendizaje.  Algunos docentes  son escépticos con respecto a la habilidad de los estudiantes para asumir un rol central en su propio aprendizaje.
 En el proyecto ACOT los investigadores observaron que inicialmente, los estudiantes no estaban  habituados  a pedir ayuda a sus pares pero que rápidamente prefirieron aquellos métodos de enseñanza que requerían una participación activa en vez de pasiva.  A medida que los estudiantes tuvieron una mayor responsabilidad  en su aprendizaje, se sintieron más dueños de este proceso. 
2. Consumidores “inteligentes” de tecnología Burbules y Callister (2000) nos recuerdan que los estudiantes deben ser reflexivos y críticos acerca de la tecnología, y deben estar preparados para la posibilidad de que los beneficios obtenidos de la tecnología puedan estar atenuados por los problemas imprevistos y las dificultades que se crean por su uso. Es importante que los estudiantes puedan ver que hay ocasiones en que la tecnología es útil y otras en que no lo es. En resumen, el estudiante es responsable en tomar una decisión crítica de cuándo y si la tecnología debe ser utilizada. Sería aún más beneficioso si también pudieran determinar qué tecnología sería más efectiva para promover comprensión.Conclusión La tecnología es un recurso poderoso que puede tener un gran impacto en la comprensión. El simple hecho de integrar tecnología en la clase crea nuevas condiciones para enseñar y aprender, forzando a alumnos y docentes a abordar la enseñanza y el aprendizaje de una manera diferente.
 Sin embargo, si la diferencia produce un nivel  alto o profundo de comprensión depende de la pedagogía que se utilice. La pedagogía tradicional ha probado ser un método ineficaz.  Los estudiantes simplemente aprenden  a realizar sus trabajos rápidamente y a repetir la información en una prueba.  Una pedagogía constructivista crea la mejor posibilidad para  lograr un aprendizaje significativo.
El aprendizaje basado en la indagación, centrado en el alumno, crea un escenario activo y  reflexivo para desarrollar comprensiones profundas. Es inteligente y responsable el explotar los puntos de influencia de la tecnología para localizar áreas de dificultad en el currículum.. Los docentes y los alumnos deberán asumir nuevos roles y nuevas responsabilidades en una clase que integra tecnología con una pedagogía constructivista, pero los beneficios educativos son prometedores.

(Juandon) Investigador en Tecnologías Educativas, e-learning y gestión del Conocimiento

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